Tener un hijo con alergia / intolerancia alimentarias
Hoy en día frases como «mi hijo tiene intolerancias» «mi hijo tiene intolerancia a la lactosa»o «Mi hijo es celiaco.» por eso hemos decidido escribir este artículo.
Aunque como ya hemos comentado en alguna ocasión, Nacho y yo no tenemos hijos aún, por tanto, no vivimos en primera persona lo que es tener un hijo con alergias o intolerancias alimentarias. Sí sabemos lo que es vivir día a día con ello ya que ambos tenemos una cosa o la otra.
Tenemos amigos a nuestro alrededor cuyos niños tienen alergias o intolerancias, y también en el colegio encuentro muchos alumnos con problemáticas similares. Por tanto, entendemos en parte lo que debe sentirse, las emociones por las que se pasa… porque hemos visto reacciones en nuestros amigos y en familias con las que trabajo.
Me gustaría hacer algunas reseñas a fases o emociones que hemos vivenciado en tercera persona y nos gustaría que compartierais con nosotros si os identificáis y en qué medida, si añadiríais algo a los aspectos que vamos a recoger. Vamos a separar la vivencia según se tenga alergias o intolerancias.
Mi hijo tiene Alergias alimentarias:
– “¿Qué está pasando?”: Puedo imaginar en parte el miedo que se debe pasar cuando ves a tu pequeño teniendo una reacción alérgica. Sin saber que tenía alergia a determinado alimento, tienes que salir corriendo al hospital o un centro de salud de forma urgente. Sabes que la vida de tu niño está en peligro. Nacho ha tenido alguna reacción, si bien de manera lenta, y entiendo el miedo, el sentir que no puedes hacer nada en tu mano para salvarle de esa situación, sólo llegar cuanto antes a un médico y que ellos hagan su parte para que la situación mejore.
– “Tiene alergia a…”: Imagino la cara de los papás cuando el médico les dice las alergias que tiene su hijo/a. ¿En serio? ¿Y ahora qué? ¿Y tan agresivo es? Imagino también que el sudor aparece en las personas responsables de ese pequeñín expresando así el miedo, la inseguridad y el ¿ahora cómo lo vamos a hacer?
– “Miedo continuo”: comidas familiares, cumpleaños de amigos y amigas, escuela… Y si yo no estoy cerca, ¿le pasará algo? El papel de un padre y una madre es permanente, informando continuamente a las personas allegadas, a los amigos, familia, escuela y un sinfín de contextos más. Este papel no pasará nunca. La responsabilidad que se siente para evitar que suceda una contaminación y una reacción alérgica, la inseguridad de “¿meterán la pata y me avisarán corriendo?”, el tener que llevar siempre la medicación consigo, el explicar continuamente en los restaurantes la importancia y la gravedad de la alergia… Todo ello es un gesto de amor y protección continua, y un desgaste al inicio muy importante.
– “Llega la <<serenidad>>, si se le puede llamar serenidad”: sin duda, uno no deja nunca de tener miedo, pero llega un momento en el que lo asumes, lo incluyes en tu vida como una rutina más y sigues luchando por concienciar donde vas, restaurantes, nuevos profesores. La familia sabe la gravedad del asunto y los amigos también, por lo que con el tiempo y educándolos se consiguen grandes cosas. Es una serenidad comparada con el miedo continuo, pero suponemos que uno nunca se relaja plenamente, hasta que el niño sea ya adolescente o adulto y sea consciente de su situación.
Mi hijo tiene Intolerancias alimentarias:
– “Algo no va bien”: supongo que aquí mamás y papás tienen ese sexto sentido en el que ven que a su niño le sientan mal las comidas. Un continuo de citas médicas al pediatra, alguna vez al hospital seguramente… El tiempo que tarda entre los síntomas y el diagnóstico varía muchísimo en las personas y mientras tanto, ves que tu hijo no está sano, que hay algo que no va bien y que no “dan con la tecla” de lo que está sucediendo. La incertidumbre, la duda, el miedo… están ahí, mirando siempre sus síntomas, con un ir y venir de consultas y sin saber qué sucede.
– “Desconcierto y desesperación”: Esta sensación se alarga cuando no se sabe lo que hay, y pasa el tiempo, y el niño sigue igual o cada vez peor. ¿Qué hacemos? ¿Dónde vamos? ¿Por qué no encuentran nada? Cada vez hay más médicos que están sensibilizados con las intolerancias, pero muchos otros todavía siguen mirando a los pacientes y a sus padres como si fueran alienígenas, sin entender la reacción de las familias y sin saber dar respuestas a lo que tiene. Pero hay que seguir luchando hasta dar con la clave del problema, y así poner soluciones.
– “¿Y ahora qué hacemos?”: Cuando ya se encuentran las intolerancias alimentarias que se tienen surgen muchas dudas. ¿Y qué va a comer? ¿Cómo lo vamos a hacer? ¿Y si meto la pata? La diferencia entre la alergia y la intolerancia es vital, en gravedad y en urgencia. La intolerancia alimentaria no tiene la reacción normalmente rápida de una alergia, pero el daño en el tiempo es muy peligroso igualmente, y hay que ser muy cuidadosos en la cocina en el día a día. Y entonces encontramos…
– “…El miedo continuo”: Al igual que en las alergias encontramos esta misma fase. Por desgracia, sucede muchas veces que las intolerancias no son igualmente comprendidas y te cuestionan con comentarios de… “estos padres qué exagerados son”, “si por un poquito no pasa nada”, “lo que les pasa es que están obsesionados con la comida y con la salud”. Y la gente no se da cuenta de que estás exprimiéndote el cerebro y el tiempo día a día por proporcionarle a tu hijo un ambiente seguro de alimentos que no le pongan en riesgo su sistema digestivo y el resto de su organismo a la larga.
– “La falta de comprensión (en algunos casos)”: hilando con el punto anterior, encontramos esta situación. Ante esto, la desesperación, las discusiones en algunas ocasiones, y el trabajo agotador e infinito de concienciar al entorno. Y muchas veces sabes que el entorno no se suma a tu lucha, por el bien de tu hijo/a, pero no dejas de seguir incansable de buscar cosas que pueda comer y adaptar tu vida y tu cocina a lo que necesitan los niños/as con intolerancias alimentarias.
– “La concienciación y la lucha continua” que ya hemos nombrado más arriba es el último paso, un paso que hay que seguir haciendo día a día y que creo que nunca dejaremos de hacer.
Seguramente estos artículos que os ponemos a continuación os ayuden:
Nos gustaría que compartierais vuestra experiencia con aquellos aspectos que hayáis vivido y que introduciríais también en esta publicación. Otro día hablaremos de las alergias e intolerancias en la escuela viendo también este contexto en el que viven diariamente los niños.