Churros (Sin gluten, sin huevo y sin lácteos)
¿A quién no le gustan los churros? Es uno de esos desayunos, meriendas o, a veces, incluso cenas que a todos nos gustan. Me da mucha rabia cuando veo los churros sin gluten en las tiendas con tantísima lista de conservantes y aditivos, leche, huevo y un largo etcétera. Por ello, os traemos hoy estos magníficos churros de mi madre, que es una artista haciéndolos y que están deliciosos.
Cantidad por persona:
– 100 ml de agua.
– La misma cantidad de harina Proceli (cuando digo la misma cantidad me refiero a que, en el vaso donde midamos el agua, pongamos exactamente el mismo volumen de harina).
– Un pellizco de sal.
Poner la harina en un bol. En un cazo aparte, calentar agua con el pellizco de sal y, antes de que empiece a hervir (a unos 80ºC si tenéis termómetro de cocina), volcar sobre la harina y batir con la ayuda de una espátula o cuchara de silicona. Batir bien hasta que quede una masa sin grumos.
Dejar enfriar la masa y reposar, y mientras tanto, calentar abundante aceite en una sartén profunda (tipo wok, un perol…) Cuando el aceite esté caliente, poner la masa en la churrera y dejar caer los churros en la sartén haciendo una espiral, desde el centro hacia afuera. Freír a temperatura media – alta.
Dar la vuelta a menudo hasta que se doren. Para ello volver a girar cuando el churro en el aceite deje de hacer pompitas. Son lentos para dorar pero merece la pena.
Escurrir de aceite y servir bien caliente acompañado de la forma que más os guste: chocolate a la taza, un café, azúcar… ya va en cuestión de gustos.
Para aquellos que no tienen churrera, podéis usar una manga pastelera o incluso una bolsa de congelación a la que cortar uno de los picos (ni excesivamente grande ni excesivamente pequeño).
Deseamos que os guste y que compartáis con amigos y familiares, que es como más feliz es uno.