Croquetas de merluza (Sin gluten, sin lácteos, sin huevo y sin soja)
Si me preguntasen cuál ha sido siempre mi plato favorito… sin duda… ¡Las croquetas! Cuando me quitaron el gluten aprendí a hacerlas cambiando la harina. Después me quitaron los lácteos y pasé a la soja. Pero cuando me quitaron el huevo y la soja… Me dije: ¡No voy a comer más croquetas!
Pero después de mucho tiempo dedicado en la cocina, he conseguido sacar una bechamel de croquetas bastante digna… ¡Y con leche de arroz!
Digamos que esto va a ser como una saga… iremos subiendo recetas de croquetas diferentes para disfrutar de este maravilloso manjar. ¡Allá vamos!:
– 90 ml de aceite de oliva.
– 120 gr de Harina Mix Dolci (Schaer).
– 900 ml de leche de arroz calcio Provamel.
– 250 – 260 gr de merluza cocida migada.
– Un trozo de cebolla, un diente de ajo.
– 1/2 cucharadita de pimentón de la vera.
– Sal y pimienta negra.
– Leche de arroz calcio Provamel (para el empanado).
– Harina de arroz Hacendado o Naturgreen y pan rallado sin gluten Panceliac (para el empanado)
Aprovechad unas raspas de merluza para hacer caldo. Una vez frío, sacad toda la miga posible separándolo muy bien de las espinas. (Tendréis un magnífico caldo para añadir a paellas y la miga de merluza para hacer las croquetas). Reservad.
Poner el aceite a calentar en una sartén con un trozo de cebolla y un diente de ajo. Cuando se doren, se sacan y se reservan. Se añade la harina para rehogarla, apartando la sartén del fuego.
Se añade la leche poco a poco, como raciones de un vaso, y se mezcla bien, quitando los grumos. Así vamos repitiendo la operación hasta dejar la cantidad de más de un vaso de leche.
Si quedan grupos, se pasa la mezcla a un vaso de batidora y se bate unos segundos hasta que quede homogéneo. Volvemos a poner la mezcla en la sartén y reservamos unos minutos. Mientras tanto, ponemos en el vaso de la batidora la leche restante y el ajo y la cebolla que habíamos reservado, y procedemos a triturarlo. Volvemos a poner la sartén en el fuego moderado, añadiendo la leche con la cebolla y ajo triturados, la sal (a gusto), la pimienta negra (a gusto también), el pimentón y, por último, la merluza. Hay que procurar ser ágiles al añadir ingredientes y no dejar de remover la bechamel, siempre en el mismo sentido.
Poco a poco la bechamel irá haciéndose más espesa. El punto estará listo cuando se despegue sola del fondo de la sartén. Probar el sabor y corregir de sal si es necesario. Una vez que esté lista la bechamel, se aparta en un cuenco y se tapa con film transparente hasta que se enfríe.
Una vez fría, se podrá trabajar con la bechamel para formar las croquetas. Retiramos el film transparente y secamos la condensación con un poco de papel de cocina. Preparamos un cuento con harina de arroz, otro con pan rallado y otro con leche de arroz. Nos untamos las manos con aceite para coger cucharaditas de masa sin que se nos pegue en las manos y realizamos los cilindros de croquetas, pasando por harina de arroz, posteriormente por la leche de arroz, y finalmente, por el pan rallado sin gluten. Yo hago toda la tanda de harina, y posteriormente, las remojo en la leche y paso por el pan rallado.
Disponemos en una bandeja y congelamos. Como la bechamel no es tan tersa como cuando se hace con gluten, leche de vaca o soja y huevo, vamos a ayudar a que coja cierta consistencia y dureza.
Cuando las queramos preparar, ponemos una sartén con aceite y, cuando esté caliente, freímos las croquetas hasta que estén bien doradas. Dejamos escurrir… et voilà!
¡Están riquísimas!
Hemos puesto pimentón de la vera para darle algo de color a la masa, quitando el tomate para aquellos que no puedan, como yo, abusar de él. No llevan frutos secos, como suceden con algunas croquetas de pescado con piñones o nuez moscada, siendo así apta para alérgicos a frutos secos. Deseamos que os gusten y que compartáis con nosotros vuestra experiencia.
Bienvenidos al primer capítulo del mundo de las croquetas.