Receta de pisto en dos versiones (sin gluten, sin huevo, sin lácteos APLV, vegano)
Esta receta es ideal para cuando quieres darle verdura a tu cuerpo y “sentir” que se limpia el organismo. Es en dos vertientes porque una de mis intolerancias es el tomate, y para mí está prohibido, pero para Nacho lo preparamos con esta salsa.
Es bien sencillo y lo puedes comer frío o caliente, por lo que se adapta a cualquier época (siempre es mejor tomar verduras y frutas de temporada). Si podéis, añadidle huevo frito o cocido, pimiento… y estará delicioso. Hay muchas variaciones, tantas como personas tal vez. Esta es la que hacemos nosotros, con pocos ingredientes y con aquellos que a día de hoy podemos tomar (o variando un poco el original). Vamos a ver:
Para 2 personas:
– 1 berenjena.
– 2 calabacines verdes.
– 1/2 cebolla grande.
– 2 patatas medianas.
– 1 boniatos grande o 2 medianos (esto ya es cuestión de gustos. Como no puedo abusar de la patata reducimos la cantidad y lo completamos con boniato. El descubrimiento nos gustó más aún).
– Tomate frito a gusto (preferiblemente casero).
– Sal y pimienta negra en grano.
– Aceite de oliva virgen extra.
Poner en una sartén unas 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra aproximadamente (un fondo de aceite para sofreír las verduras).
Lavar todo: berenjena, calabacines, patatas, boniatos y cebolla. Picar la cebolla en trozos menudos y añadir a la sartén con el fuego medio. Pelar, lavar y cortar en cubitos pequeños la patata y el boniato (o batata) y añadir a la sartén. Remover mezclando con la cebolla. Picar en cubitos (con la piel incluida) los calabacines, y añadir a la sartén. Remover de nuevo mezclando todos los ingredientes. Pelar y lavar la berenjena. Trocear en cubitos y añadir a la sartén, removiendo y mezclando con todos los ingredientes del pisto. Salpimentar.
La clave de este pisto es que lleva poca grasa (porque no se fríen las verduras, se saltean), y por supuesto, que para que esté todo en su punto, debe removerse continuamente con delicadeza para que, de esta forma, se vayan haciendo uniformemente las verduras hasta que estén tiernas. Probar de sabor y de textura. En el momento en que estén tiernas pero sin llegar a estar blandas, apartar una ración si queréis sin tomate, y añadir tomate frito a gusto, dejando unos minutos más hasta que se haya integrado con el pisto.
Y aquí tenemos este magnífico pisto en dos versiones, sin tomate o con él, sano, saludable y con poca grasa. Esperamos que os guste.