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Con intolerancias

TUVE REACCIÓN ALÉRGICA EN UN AVIÓN, Y LO ESTOY CONTANDO

 

​TUVE REACCIÓN ALÉRGICA EN UN AVIÓN, Y LO ESTOY CONTANDO

Hola de nuevo, hoy os voy a contar una anécdota de mi propia vida. Como ya sabéis yo soy alérgico a los frutos secos, aunque de momento siempre he tenido suerte y mis reacciones son lentas, gracias a ello hoy estoy contando esta anécdota.
Dos amigos y yo decidimos ir de vacaciones a Budapest, para conocer la ciudad e ir a alguna fiestecita. Estuvimos un tiempo preparándolo. Nos cogimos un apartamento para los tres, los vuelos y cuando llegó la fecha nos encontramos en Barajas esperando para coger el avión. Hasta ahí todo bien. Embarcamos con bastante ilusión, además eran las primeras vacaciones que hacíamos juntos los amigos y más fuera de España. Hasta aquí todo normal, como era bastante tarde y llegábamos de madrugada a Budapest decidimos comer algo en el avión, no recuerdo que se pidieron mis amigos, pero yo me pedí un sandwich de queso (no lo olvidaré nuca). Conforme terminé de comerlo le dije a mis amigos «esto lleva algo de frutos secos seguro». Mis amigos se sorprendieron y asustaron un poco. Yo les dije «tranquilos que si de verdad tiene, la reacción es lenta», y así fue. Poco a poco me fue entrando un dolor fuerte en el estómago. El avión llegó al aeropuerto y teníamos concertado un coche para que nos llevaran al apartamento. Nos recogieron y al llegar al apartamento me quito la camiseta con muchos picores y mi cuerpo estaba lleno de ronchas. Como locos sacamos los ordenadores y nos pusimos a buscar un Hospital. Encontramos una H en el mapa y fuimos corriendo, pero no lo encontrábamos. Yo, mientras tanto, cada vez más picores y empezando con síntomas de asma. Encontramos a un chico por la calle que resultó ser relaciones públicas de un bar de streptease, le pregunté por algún hospital cercano y nada, no sabía donde había, y sus respuesta fue darme unas invitaciones para el bar de streaptease. Imaginaros mi cara, con una reacción alérgica en el cuerpo y ese tío pensando que fuera a su local… Le digo que necesito un hospital y el tío pasando me dice “may be tomorrow” (quizá mañana) mientras me daba las invitaciones. Seguimos buscando y nos dimos por vencidos.
Volvimos al apartamento y buscando encontramos el típico listado de teléfonos de interés, que por los nervios de antes no habíamos visto. Llamé al médico y me cogió el teléfono la enfermera. Como no había estudiado húngaro en mi vida lo primero que pregunté, «do you speak English?» OÍ decir algo y se puso al teléfono el médico, ya que algo de inglés hablaba, le expliqué mis síntomas y nos indicó una dirección.
Al llegar a la dirección que nos dijo yo no podía creer lo que veía: el edificio tenía agujeros de balas, ya no sé si de la segunda guerra mundial, pero entré asustado de por sí. Entrar y ver el típico banco de parque para la sala de espera, unas escaleras con los escalones de mármol bastante deteriorados bajando a un sótano, vamos que mucha confianza no me dio. Nos recibió el médico que me dijo que pasara a la sala de curas y a mis amigos les señaló el banco para que esperaran. Me observó y me dijo «necesitas una inyección. ¿Tiene tarjeta sanitaria europea?» Y yo me puse a buscarla hasta que me acordé que la dejé olvidada en la mesilla de mi casa… Así que me toco pagar 40000 forintos (unos 40€ para que me pusieran la inyección.
Al salir de la consulta, de camino de vuelta al apartamento, mis amigos, riéndose, me contaban que estaban pensado en entrar a la consulta porque no se fiaban despues de ver la entrada, a ver si iba a salir con un riñón menos o algo jajaja.
Esa fue la aventura del primer día de las vacaciones que terminó a las 4 de la madrugada y con un pinchazo en el culete.
Después de eso SIEMPRE pregunto si algo lleva frutos secos o plátano y cuando viajo fuera de España llevo una pistola de adrenalina por si acaso.
Un saludo y hasta el siguiente post.

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Comentarios (2)

….pero por qué no le reclamaste a la aerolínea?el aeropuerto era tan cutre que no tenía servicio de emergencia???Qué locura! Qué valiente !!! Menos mal que lo cuentas!!!

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La verdad es que en el avión no me entendían mucho lo que les decía, y esperé a ver si el servicio de traslado del aeropuerto al apartamento nos ayudaba para ir a algún centro médico. Pero entre que no hablaba inglés y pasaba de cualquier intento que hacíamos de explicarle las cosas… Al final conseguimos encontrar el centro de salud por nuestros medios.

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